Tic, Tac, Tic, Tac


Soy hombre de tarde… por decirlo de algún modo.

Quiero decir: mi máximo nivel, rendimiento o actividad creativa se produce por la tarde, a medida que anochece.

No puedo hacer deporte por la mañana… entre otras cosas, en general no me siento pletórico.

A medida que avanza la tarde voy activándome, animándome, sintiendo cosas, llenándome de estímulos que quieren escaparse en forma de fotografía, escritura, lectura… hay como un poder acumulado durante el día que quiere escapar cuando precisamente el día se escurre por el horizonte.

A medida que llega el ocaso simplemente me siento diferente. La música no me suena igual, no siento de la misma forma la temperatura exterior, el viento no me acaricia de la misma manera.

Mi hora favorita (sí, tengo una hora favorita, qué le vamos a hacer…) son las 7 de la tarde.  Ahí podría hacer cualquier cosa: nadar 100 largos de piscina, estudiar cualquier materia árdua, escribir un post en este blog o sucumbir a un suizo bien caliente (vale, eso se puede hacer a cualquier hora pero no me sabe igual…).

Supongo que al ir perdiendo capacidad de visión a medida que los colores del día pasan a unos grises teñidos el resto de los sentido se agudizan.

O simplemente al haber nacido a las 9 de la noche voy acercándome a la hora a la que tuve que asomar la cabeza a este mundo.

O… bueno… mejor no darle más vueltas y aceptar que de la misma forma que puedo tener habilidades para algunos asuntos también he de asumir que mi yo se hace YO a determinadas horas del día.

En fotografía el atardecer es un clásico.  En esos momentos la luz adopta una calidad y cualidad maravillosas.

Existe lo que se llama la «hora mágica» que es precisamente en esos momentos donde el sol se pone y el cielo adopta unos colores, unas sombras y texturas que gracias a que son efímeras nos dejan con ganas de más al día siguiente.

Curiosamente es bastante difícil diferenciar una fotografía hecha al atardecer o al amanecer, la calidad de la luz es prácticamente la misma exceptuando que por la mañana hay menos polución, menos partículas en suspensión y hay más visibilidad.  ¿Hacemos una prueba?

¿Cuándo está hecha esta foto?

    

Aquí tenéis la respuesta (pincha en el botón rojo):

Así que si no queréis madrugar siempre podéis «engañar» al prójimo haciendo una fotografía al atardecer. Colaría.

Pero lo que se siente a media tarde, cuando el mundo se calma, se relaja y todo lo que hemos acumulado durante el día sale o se asimila en nuestra mente y nuestra alma, no se siente por la mañana.

        

Dedicado a la cerveza de las 7 de la tarde en cualquier terraza viendo la vida pasar

Acerca de mapsico

Fotógrafo autodidacta que espera llegar un día a vivir de la fotografía. Si estás interesado en mi trabajo ponte en contacto conmigo 646-65-99-54 mapsico2002@hotmail.com maferfoto@gmail.com Ver todas las entradas de mapsico

5 respuesta a «Tic, Tac, Tic, Tac»

  • Matilda

    Qué bonita la penúltima foto!!! Yo rindo más intelectualmente por las mañanas, a medida que avanza la tarde pierdo capacidad de concentración. Sin embargo, para entrenar sí que prefiero las tardes, porque por las mañanas no puedo ni con las orejas llenas de agua…
    P.D.: He hecho trampa… miré la respuesta… pero imaginaba que la habrías hecho de tarde, pero no, esa tarde estabas comiéndote el suizo… jajaja 😉

  • Coffee time with Claudia

    jajajajaja fallé!!! Qué vergüenza!!! jajajajja a mi siempre me ha gustado el atardecer pero las veces que he visto el amanecer me pone los pelos de punta… más si es en la playa!
    Igualmente soy más de mañana que de tarde, por las tardes sólo pienso en comer chucherías y relajarme jajajja
    Un abrazo M.A. y que tengas un buen inicio de semana 😉

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